Proceso de lijado

Las herramientas abrasivas tienen una gran importancia, sobre todo porque pueden utilizarse con distintos objetivos. Las superficies pueden alisarse,
pulirse, abrillantarse o simplemente limpiarse con el procedimiento de lijado. Además, su importancia también se extiende a la eficacia de los diferentes
trabajos de acabado, como pintar o barnizar, pues dejan la superficie en óptimas condiciones para recibir ese recubrimiento.


En este artículo te estaremos contando sobre el proceso de lijado, sus orígenes y los diversos tipos de proceso de lijado

ORÍGENES DEL PROCESO DE LIJADO
Los procesos de lijado se remontan a cuatro milenios atrás cuando en el Oriente Medio se utilizaba la arena para pulir. En sus principios se utilizaba la arena suelta, se esparcía sobre la superficie a pulimentar y se procedía a frotarla repetidamente con un trozo de madera o de cuero.

Posteriormente el conocido papel de lija y utilizado en la actualidad se originó en el año 1.400 en Suiza, donde en un simple proceso se adhería vidrio triturado a un soporte de papel para obtener un material abrasivo. La lija surge del simple cartón arenado que con el transcurso del tiempo dio paso a diferentes variedades de esta herramienta tan útil.

Lijar significa alisar, pulir, abrillantar o limpiar algo mediante el frotamiento con un objeto abrasivo, generalmente una lija. El lijado es una tarea fundamental en cualquier trabajo de acabado.


¿CÓMO USAR UNA LIJA?
El lijado de una superficie se realiza mediante movimientos longitudinales sobre ella, manuales o a máquina, de tal manera que la parte granulada de la lija friccione el área a tratar.

Para lijar superficies bastará con presionar la cara lisa de la lija con la mano sobre ellas aunque también se emplean superficies planas o garlopas que ayudan a realizar la presión necesaria.

Un buen lijado requiere sobre todo, tiempo y estar muy atentos a los detalles.

TÉCNICAS DE LIJADO MANUAL
La técnica de lijado manual puede llevarse a cabo mediante la aplicación en húmedo o en seco:

EL LIJADO MANUAL AL AGUA O HÚMEDO
Se realiza sumergiendo la lija en agua para que se desprendan los restos del lijado. La principal ventaja del lijado al agua es el hecho de producirse menos polvo, evita el embozamiento y alarga la vida útil de la lija. Permite obtener un acabado de la superficie más fino en comparación con el lijado en seco.

El inconveniente del lijado al agua reside en la necesidad de tener que limpiar los restos de humedad de la superficie para que no afecte a las siguientes etapas de aplicación de pinturas.

EL LIJADO MANUAL EN SECO.
Este tipo de lijado, que es el más conocido y utilizado, se realiza directamente sobre la superficie. El lijado en seco provoca polvo y partículas que para un buen resultado en el proceso, se debe ir limpiando (generalmente con sopladoras) para evitar ralladuras no deseadas en la superficie.

TIPOS DE LIJAS PARA EL LIJADO A MANO
El lijado a mano resulta muy común e imprescindible muchas veces en algunos objetos con formas, muy intrincadas donde no podemos acceder automáticamente.

MEDIDAS DE SEGURIDAD IMPORTANTES EN EL PROCESO DE LIJADO
Protegerse la vista de partículas con gafas de seguridad adecuadas.
Uso de mascarilla respiratoria para filtración de polvo generado en el lijado.
Para el lijado con máquinas automáticas no conviene olvidar las medidas de seguridad comunes de todos los aparatos eléctricos (no ponerlos cerca de fuentes de humedad o calor, no tirar del cable, etc).
La máquina tenemos que mantenerla bien sujeta con las dos manos durante el lijado y deberemos de apagarla para el cambio o sustitución de la lija.

 

Ahora que ya conocemos estos datos importantes sobre el proceso de lijado, cuéntanos que te pareció.